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Monday, April 10, 2006

Falacias Globalizadas

“Quisiera dejarlo claro: con esto no estoy diciendo que es una tontería preocuparse, y que Nike o Hollywood son falsos problemas. No es esto. Estoy intentando sugerir que son problemas verdaderos de los cuales, no obstante, todavía sabemos poco, porque hemos estudiado mucho los tenis y las películas, pero no nos hemos estudiado suficientemente a nosotros mismos: conocemos todos los secretos de la estrategia de las multinacionales, pero no tenemos una idea clara del hombre que está frente a las mismas. Es probable que tendamos a infravalorarlo. O a comprenderlo con retraso. En este sentido, nuestra reacción a la agresividad de las marcas o al riesgo de la homogeneización cultural son síntomas de nuestra actitud en general ante la globalización: identificamos lúcidamente sus peligros, pero no estamos verdaderamente capacitados para valorar su impacto sobre el tejido social; y ello es debido a que este tejido social nos resulta claro sólo hasta cierto punto”. Alessandro Baricco, Next, Sobre la Globalización y el Mundo que Viene, editorial Anagrama, Barcelona, 2004, p. 69.

La diversidad de movimientos que conforman los grupos que se manifiestan ante los fenómenos de la globalización es evidente: sindicalistas, ambientalistas, anarquistas, marxistas, defensores de los derechos de los animales, enemigos de las multinacionales, activistas del patrimonio cultural, indigenistas, feministas, pacifistas, organización anticonsumistas, entre muchísimos más.

Una revisión a los íconos de este movimiento refleja esta diversidad: Chomsky, Negri, Klein, Bové, Michael Moore, Chávez, PETA, Galeano, Adbusters, Green Peace, RATM, Indymedia, la ONG danesa Rebelión, el Subcomandante Marcos, etc.

Sin embargo, pareciera que los movimientos antiglobalización, con independencia de si encuentran sus fundamentos en Guy Debord, en Bakunin o en Bolívar, tuvieran claramente delimitado el concepto globalización, cuando, en realidad, esto no es así.

Por esto, en Colombia hemos visto cómo se han entremezclado los significados del término, y un debate serio sobre el TLC se ha nublado por gracia de un rechazo que quiere darle a un proceso algunos tonos y matices que realmente tiene.

Las numerosas marchas y protestas contra el TLC han contrastado con el nulo debate que precedió a la firma del acuerdo comercial con el MERCOSUR, lo cual comprueba que de lo que se trata no es de discutir una negociación comercial, sino de atacar un símbolo, puesto que, como acuerdos comerciales, no debería haber diferencia en el ataque a una negociación con Estados Unidos o con gigantes como Brasil y Argentina.

Así, las propuestas a un rechazo contra el TLC sufren de las mismas contradicciones de aquellos que protestan en los foros de la OMC: en lugar de buscar reducir sus obvias consecuencias negativas, simplemente atacan un proyecto que no sólo está a tono con el curso de la historia, sino que además tiene mayores beneficios que costos.

La globalización es un conjunto de fuerzas muy variadas y complejas, que no puede ser analizada de una manera reduccionista. La globalización existe antes del TLC e, incluso sin TLC, va a seguir existiendo y manifestándose cada vez con mayor fuerza. Anular el TLC, pensando en sus daños y negando sus bondades, no es la forma correcta de atacar los efectos negativos de la globalización.

“Esa mentalidad [atacar el comercio internacional, confundiéndolo con la peor versión de la globalización que coloniza, mata lo local y homogeniza] ha llevado a muchos políticos de izquierdas a cometer el desastroso error de luchar contra los efectos culturales de la globalización oponiéndose al comercio entre los países desarrollados. En su opinión, si el gran culpable es el mercado, la mejor solución es poner límites a la extensión del mercado. De ahí que los activistas enemigos de la globalización intenten boicotear todos los congresos de la OMC y las cumbres de los jefes de Estado. Al hacerlo, se enfrentan directamente a los representantes de los países del Tercer Mundo cuyos intereses dicen defender. La mayoría de los países en vías de desarrollo se plantea constantemente el modo de integrarse en la economía global y casi ninguno contempla la posibilidad de no hacerlo. Hoy en día, nadie cree en la autarquía económica (como la que defendía Mahatma Gandhi y Jawaharlal Nehru en la India). La única cuestión que se plantea es si debería conseguir primero la liberalización y la inversión extranjera, como forma de estimular el desarrollo económico, o si se debería establecer antes un cierto nivel de desarrollo endógeno, como preludio a la liberalización”. Joseph Heath y Andrew Potter, Rebelarse Vende, El Negocio de la Contracultura, Editorial Taurus, Bogotá, 2005, p. 285

La conclusión es que al país le beneficia una discusión (incluso, una revaloración) intensa sobre ciertos puntos del TLC, pero le es dañina la oposición absoluta al mismo.


Bonus para pensar

Sin que tenga nada que ver con lo anterior:

"En esto se parecen a todos los demás delincuentes, que lo que hacen es poner en práctica lo que la mayoría de nosotros sólo soñamos con hacer" Joseph Heath y Andrew Potter, Rebelarse Vende, El Negocio de la Contracultura, Editorial Taurus, Bogotá, 2005, p. 164


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