De vendedores de ilusiones a suicidas
Con la euforia montañera de que aquí ya habíamos entrado en la era del desarrollo, con el sueño colectivo del mejor gobierno en el mejor país de Suramérica, a casi todos los que tenían algo les dio por comprar acciones y jugar en la Bolsa. El precio de las acciones estaba, según expertos que las saben valorar, muy por encima de los valores reales de las empresas. Pero como había gente que seguía ganando en lo especulativo, aunque los precios ya sonaran absurdos, otros seguían comprando, para pegarse al tren de las ganancias estelares, e incluso atrajeron capital extranjero, de esos que gozan jugando con riesgos y apostándole, tal vez, a esa estupidez recurrente, a esa "tulipomanía", también conocida como "sicología humana".
Héctor Abad Faciolince en Semana
Después de leer ese excelente artículo, talvez no sea necesario recordar el caso de Troconis.
1 Comments:
That's a great story. Waiting for more. »
Post a Comment
<< Home