Así de fácil

Los accidentes y los milagros no pagan preaviso

Estoy en MSN con LCr.

Ella me dice que nadie puede entender a los hombres.

Le contesto que es al contrario: nadie puede entender a las mujeres

Y, así, como si nada, me suelta esta frase:

Los hombres exigen que se les entienda. Las mujeres pedimos que nos acompañen. Que jueguen nuestro juego, así no entiendan sus reglas

Sueños con cuadrícula

Los sueños se dibujan en una hoja en blanco. Luego, hay que recortarlos para hacerlos realidad. Obviamente,luego de pasarles la tijera, quedan un poquito diferentes de como se habían concebido inicialmente.

Pero hay otros sueños que, por su carácter, al volverlos realidad, quedan hechos trizas.

Eso pasa con los sueños políticos. Uno tiene un proyecto ideal, pero cuando se sienta a hacerlos realidad, termina amasando una figura de barro que no se parece en nada a lo que tenía en la cabeza.

Por eso, en un anterior post, expresaba que votaría por Uribe, porque aunque me declaro de izquierda, creo que valores como el coraje me parecen más relevantes que la tendencia política.

Eso era, claro, cuando en el papel, se enfrentaba Uribe contra la veleta de Serpa y contra el aguastibias de Navarro.

Hoy, la situación es diferente, y creo que Carlos Gaviria debe ser la persona que debe llegar a la presidencia, pues tiene un sentido social que, para esta Nación raquítica, es tan importante como el coraje.

Promesa que espero no fallar

Varias veces la he cogido con las manos y se me ha escapado como arena entre los dedos. Esta vez, apenas he empezado a notar que los granitos caen al suelo, juro que apretaré más duro mi puño, mientras me aguanten los huesos.

Mi voto

Contrario a lo que usualmente se cree, uno no define sus preferencias electorales a partir de un análisis racional y exigente de los partidos, candidatos o programas políticos, sino de la empatía que sienta por lo que estos simbolicen o representen.

A partir de los valores que representa cada uno de los candidatos, a continuación presentaré mis favoritos para estas elecciones:

Senado

Votaré por Gustavo Petro, quien representa, en un país de conformistas, seguidores de las mayorías y, sobre todo de criticones que posan de críticos, valores como la valentía, el coraje, el espíritu crítico y, sobre todo, la independencia.

Cámara

Votaré por Wilson Borja, quien, a pesar de representar a la izquierda vieja, radical y anacrónica, gana su puesto en el Congreso, precisamente, porque simboliza una oposición seria y fuerte a la unanimidad de ciertas iniciativas tecnócratas

Presidencia

A pesar de este post

http://sangre-rebelde.blogspot.com/2005/06/el-80-de-los-colombianos-lee-este-blog.html

y de éste

http://sangre-rebelde.blogspot.com/2005/06/rase-una-vez-el-amor-pero-tienen-que.html


y de éste

http://sangre-rebelde.blogspot.com/2005/06/todos-somos-conmovedores-basureros-de.html

y de éste

http://cermeno.blogspot.com/2005/08/indignacin.html

y de éste

http://cermeno.blogspot.com/2005/08/odios.html

y de éste

http://cermeno.blogspot.com/2005/09/para-groucho-era-un-chiste.html

y de éste

http://cermeno.blogspot.com/2005/09/nder-que-hacer.html

y de éste

http://cermeno.blogspot.com/2005/10/el-idelogo-de-la-gente-queridac.html

he decidido,

a pesar de esos posts,

que mi voto será por Álvaro Uribe, quien, a pesar de todo, representa unos rasgos que definen a muchos pueblos, menos al Colombiano: la dedicación, el estudio, la coherencia, el rigor y la disciplina consigo mismo.

La verdad, no se me ocurre otro personaje que sea tan serio en sus asuntos como Uribe y, de hecho, admiro ese carácter en él. Antes, votaba según mis simpatías, marcadas éstas por tendencias de izquierda o de derecha, pero hoy prefiero que el presidente siga siendo alguien que simboliza un valor que está ausente en la mayoría de quienes viven en Colombia.

Que no se confunda esto con su "trabajar, trabajar y trabajar", que simplemente esconde una retórica de la acción, sino con el trabajo serio (no la representación de trabajo de los consejos comunitarios) que dedica a cada uno de sus proyectos.

En un país lleno de mediocridad, cosas hechas a las patadas, conformismo e informalidad, conviene que, cuando se prenda el televisor, se encuentre a alguien que sí sabe de lo que habla y cuyo principio es el trabajo y no la frivolidad.

En últimas, mi relación con Uribe es como la que tengo con Dios: en últimas, ellos, Uribe y Dios, me caen bien, pero sus seguidores y voceros son despreciables.