Cuando la sangre rebelde se coagula

Varios borradores había para este post:

- Un cuento, con el título de Hay sangre en la puerta, que graficaría la enfermedad que sufren quienes, teniendo celular, correo electrónico, blog, foros de controversia por internet y varios contactos en MSN, están más solos que nunca.

- Un post titulado El país de los alebrestados, a propósito de esa maldita costumbre de bailar, gritar y reír en las fiestas, que es un canon obligatorio que hace que se satanice a quienes preferimos la contemplación y a quienes nos divertimos a pesar de no gritar como micos ni mover los hombros como epilépticos. Odio esa pregunta de "está aburrido?" cuando uno está disfrutando, calmada, lejana y contemplativamente, la fiesta.

- Un post dedicado a dos abogados uniandinos: uno, titulado, LA ABOGADA CON ASESOR DE IMAGEN, en donde criticaría la estúpida posición de Semana al satanizar la decisión de la Corte sobre el aborto y de crear conspiraciones alrededor del trabajo de Mónica Roa, una abogada inepta que no fue capaz de meter bien la demanda que esa revista califica como la más completa de la historia. También habría un post titulado EL TREPADOR MAYOR, criticando a Rafael Merchán, un nerdo de la U, que luego se volvió un hamponzuelo intelectual que, después de patrocinar una separata que circuló en varias revistas bajo el título de Por qué la reelección es constitucional, ahora recoge sus frutos al ser llamado por Germán Vargas Lleras a su lista al Congreso. También pondría varias fotos de Merchán demostrando cómo su jeta ha ido adquiriendo rasgos de maldad a medida que se vuelve uribista.

- El inicio de una serie titulada La Firma del Diablo, en donde relataría mi trabajo, de cuatro años, en una firma de consultoría internacional, como abogado de la división de impuestos. Varios temas en el tintero: qué significó el derrumbe de Andersen; cómo el color del logo empresarial llega a valer más que la vida de alguien; cuántas personas exactamente renunciaron a la firma que en la edición de Dinero de esta semana aparece como una de las Best Place to Work; cómo el encierro y el trabajo demencial puede crear, entre compañeros, vínculos afectivos parecidos a los que se observan en una cárcel.

- Una crítica rápida a todos los columnistas, sobre todo, a Antonio Caballero, quien me parece que se ha venido desinflando (no repitiendo, pues ése es su encanto) desde el gobierno de Samper. Habría hecho una salvedad: María Jimena Duzán, la verdadera voz crítica de El Tiempo y una de las pocas mentes independientes del país. Otra salvedad: Daniel Coronell, más por su valor como persona, que como escritor.

- A propósito de la última columna de María Jimena, habría hecho una defensa, dificilísima, pero de verdad sentida, de Santofimio, quien a pesar de ser un hampón, creo que está siendo acusado sin pruebas idóneas y quien está siendo sometido a un proceso kafkiano promovido por enemigos políticos. En lo que respecta al asesinato de Galán, yo sí creo en laversión que dio en Semana, la última semana.

- Una rápida reflexión sobre la inmadurez de la letra de la canción compuesta por Julio, el ganador del Factor X, la cual sin embargo refleja una posición que a mi juicio es interesante: la venganza no se hace hiriendo al otro, sino mejorando, logrando la excelencia para que la víctima de nuestra venganza se carcoma en la envidia.

- Un post indignado por el caso Schwarzenegger vs. “Tookie” Williams

- Una entrevista con Peinados Nuevos

Iba a escribir eso y mucho más, pero me cansé (así como ahora me cansé de escribir sobre qué era lo que iba a escribir) no sólo de este blog, sino de la dinámica blogger y, tal y como lo han hecho últimamente algunos famosos bloggers, relataré mi experiencia en este asunto.

Me metí en este cuento abriendo mi reconocido blog sangre rebelde (http://sangre-rebelde.blogspot.com), en donde creo que escribí algunas cosas interesantes, casi siempre enfocadas a denunciar o a destruir.

Allí, incluso, denuncié la estupidez de algunos bloggers y la mía propia.

Sin embargo, me di cuenta de que al final estaba buscando algo un poco más libre, sin presiones, que no estuviera marcado por el rótulo de denuncia, razón por la cual abrí este blog.

Posteriormente, para ejercer el ameno ejercicio de criticar blogs, con Bogato y CIE montamos insípidos (http://insipi2.blogspot.com), en donde creo que fue Bogato quien mejor hizo la tarea. Espero que ese blog siga en funcionamiento y pienso que sus dos autores tienen el talento para hacer un blog sólido y respetado en la comunidad blogger por su acidez, buen sentido e inteligencia.

En este blog (que primero se llamó el Chico de los Betamáses Vs. el Banquero sin Camisa), traté, primero, de escribir idioteces (chistes, cuentos), pero luego me llamó nuevamente el denunciante que hay en mí y el blog se transformó en el atizador de Wittgenstein.

Sin embargo, mis últimos post han sido medio idiotas o, por decir lo menos, insípidos. No son ni sangre rebelde, ni chico de lo betamáses, ni atizador de wittgenstein. Si fuera a cambiar nuevamente el título, tendría que ser algo como esto: . Es decir, nada. Los últimos posts son pobres, en contenido y en forma.

¿Los motivos?

En primer lugar, y esto no es ni justificación ni disculpa, solamente una explicación, estoy en una etapa de mi vida en donde, por fin, camino sin estar pensando que estoy caminando. Estoy en una etapa en la que la acción no es precedida de miles de reflexiones, en una etapa en la que no caigo en el demencial juego de pensar que estoy pensando y preguntarme por qué me pregunto por qué pienso que pienso.

En segundo lugar, el próximo año, desde ya, se vislumbra como completamente diferente al presente, por lo que el futuro Atizador muy probablemente se arrepentiría del atizador que escribió todos los posts (incluidos los que hoy pienso que son buenos) de este blog.

Cambios:

Primero: ya no voy a fumar, lo cual traiciona mis más enconados posts en Sangre Rebelde a favor del cigarrillo y en contra de los no fumadores. Y no voy a fumar no porque los fascistas de la salud me hayan convencido, sino porque el cigarrillo, en mi carne, le dio la razón a quienes decían que era letal. Mi defendido cometió, conmigo, el crimen del que lo defendía. En ese sentido, el cigarrillo se parece a algún amigo que defendí alguna vez.

Segundo: La verdad, ya no me importa si Uribe gana o no las próximas elecciones. Casi que me tiene sin cuidado si repite mandato por 20 años más. Sangre Rebelde se creó para denunciar las falacias del fanatismo uribista y creo que hice un buen trabajo (http://sangre-rebelde.blogspot.com/2005/06/el-80-de-los-colombianos-lee-este-blog.html), pero ya, la verdad, me importa poco lo que crean o dejen de creer los uribistas o los del polo o los gaviristas (de césar, de carlos o de josé obdulio, me da igual).

Tercero: la democracia no es buena para la escritura. Los blogs más leídos de Colombia son nauseabundos, son pésimos y están cargados de un narcisismo despreciable. Además, la ridiculez ególatra en la que caen algunos (v.gr. el chico de la tapa. ver análisis de su idiotez en: http://insipi2.blogspot.com/2005/11/egocntricos-annimos.html ) puede ser buena para ellos, pero no para mí, que solo buscaba ejercitarme en el ejercicio de la escritura (no para ser reconocido como escritor, sino para volarme un poco de lo cotidiano).

Cuarto: Ningún blog me estimula. Excepto el para mí doloroso http://journalmalediction.blogspot.com/, que no he vuelto a leer, creo que no hay ninguna propuesta nueva. Talvez el blog de Hoffen y del joven Foucault sean lo más refrescante del panorama. Antes, ocupaba mucho tiempo leyendo blogs, ahora, excepto el de http://www.escolar.net, no leo casi nada.

Quinto: Tengo muchísimos proyectos que requerirán todo mi tiempo: montar mi propia empresa, terminar una novela que dejé tirada hace mucho y empezar y terminar mi tesis de maestría.

Sexto: me cansé de ser atizador. La verdad, el ejercicio de denunciar (como en Sangre Rebelde) o de pellizcar (como en este blog), es frustrante y, como lo dijo alguien que comentó un post sobre José Obdulio, estúpidamente peligroso. Además, no es gratificante.

A veces me veo a mí mismo como esos ancianos que en el centro gritan guebonadas y que todos ignoran. Me siento como la vieja ésa que acampa al frente de la Casa Blanca en medio de letreros que denuncian los crímenes de Bush.

Hoy, prefiero ser un transeúnte que vive su vida y no se detiene a pensar si lo que alcanza a oír de esa voz desgastada que grita desesperadamente es cierto o es mentira.

Prefiero empezar a caminar, en vez de seguir, parado, gritando para que nadie oiga.

Prefiero caminar, sin pensar que estoy pensando que estoy caminando. Simplemente, caminar.

Muy probablemente dije lo que no quería decir o no dije nada.

"Hay realmente casos en que lo que una persona quiere decir está mucho más claro en su mente de lo que puede expresar en palabras. (Esto me sucede con mucha frecuencia)" Wittgenstein