La vida es como el fútbol
Estábamos en Seminario de Platón con Germán Meléndez.
Germán explicaba los pasajes relativos a los falsos placeres cuando fue interrumpido por alguien que dijo:
A veces hay placeres falsos que resultan mucho más gratificantes que los llamados placeres verdaderos. Por ejemplo, en el fútbol, a veces un empate conseguido en el último minuto puede llegar a ser más emotivo que un triunfo.
A esto, replicó Germán Meléndez:
Lo que usted dice prueba la teoría de los falsos placeres. Un empate, por más gratificante que sea, nunca será un triunfo. Comer cuando se tiene mucha hambre puede brindar una enorme satisfacción, pero nunca será un placer real, puro.
Sin embargo, esta intervención idiota dio lugar a una de las reflexiones más brillantes que he escuchado. Germán Meléndez dijo:
De hecho, el fútbol es un buen ejemplo en este caso, porque el fútbol es como la vida, en donde no siempre gana el mejor. En efecto, en deportes como el atletismo, cuando las condiciones están dadas, es improbable que el ganador no sea el mejor; sin embargo, en el fútbol, muchas veces, por el azar o por cualquier asunto lejano a la excelencia, el ganador puede ser el peor equipo.
Esto es completamente cierto, y prueba de ello es el triunfo de los de Santa Fe el pasado sábado, a quienes aplica una reflexión de Andrés Garavito, de http://bestiario-del-balon.blogspot.com: cuando los de Millonarios ganamos, celebramos nuestro triunfo; cuando los de Santa Fe ganan, celebran la derrota de Millos
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